Procrastinación Estructurada...

Bonshira en una deseada visita.. no deja una viva! ;)

El palabro incita a pensar en posturas prohibidas, o casi en los soldados llamando a tu puerta para llevarte a la hoguera (haciendo un guiño a la "más que dudosa" historia del origen de la palabra "fuck" como proveniente de las siglas "fornication under consent of de king"), pero es una realidad psicológica conocida, estudiada, y muy de moda además. 

La facilidad para distraernos con una mosca mientras nos explican la lección es tan antigua como el fuego, pero Internet, las tablets, todos los aparatitos multimedia y las miles de lucecitas parpadeantes que hay por la casa, no han mejorado precisamente las cosas. Creo que nos rodea la impresión de que nos sobran distracciones, y por poner un ejemplo, personalmente estoy enamorado de mi Kindle porque no me deja hacer otra cosa que no sea leer, y me ha devuelto ese placer portátil, que con un Ipad me resulta imposible.

Procrastinar, sin meternos en tecnicismos, no es otra cosa que retrasar nuestras obligaciones, dedicarnos a cualquier cosa menos a lo que tenemos que hacer. La psicología describe varios tipos de estrategias y de "procrastinadores" diferentes, de los cuales todos participamos en mayor o menor medida.

Esa sensación tan familiar de que a medida que se acercan los exámenes te entran unas ganas terribles de limpiar la escarcha del congelador, engrasar las bisagras de la casa, escribirle una carta a mano a tu abuelita o montar por fin la maqueta de la Catedral de Burgos que tienes en la estantería desde 1995, no es más que una expresión del fenómeno.

El mero hecho de que esté escribiendo esta entrada un martes por la mañana, cuando debería estar inmerso en el papeleo que se me amontona y varios viajes pendientes que tengo por organizar, pueeeeeeede que tenga algo que ver también con esto. XD

Hasta aquí, queridos "mureros", estamos jodidos. XD No se puede escapar al fenómeno, no hay voluntad lo suficientemente férrea, y cuando uno la consigue, se da cuenta de lo agotador de la empresa.

He descubierto sin embargo mi salvación, y la vuestra, procrastinando por los premios Ig Nobel, que tan buenos ratos me han dado! (Mi dirección está por todas partes en el blog, contácteme aquel lo bastante agradecido para hacerme llegar un jamón).

En 2011, John Perry obtuvo un Ig Nobel por un pequeño artículo escrito en 1996 (en los tiempos desde luego, se parecen a los Nobel cada vez más!), en el que aludía a una estrategia que ahora veo que he estado usando siempre y a la que por fin, he puesto nombre! El que me conozca sabe que siempre estoy metido en mil historias al mismo tiempo, intentando mantenerme a flote en varios frentes y multiplicarme. Esa percepción de mi que otros tienen de que consigo sacar adelante muchas cosas a la vez siempre ha contrastado con mi propio fuero interno que me dice que lo único que hago es ir saliendo del paso y escabullirme todo lo que puedo!

Para los más perezosos: lo que propone el artículo es que hay una tendencia ineludible a retrasar obligaciones importantes, evitando acometerlas con mil excusas. Si despejamos nuestra agenda para hacer aquella única cosa que nos tiene preocupados y dejamos una semana libre sólo para quitárnosla de en medio, comprobamos que, puesto que no queremos hacerla, nuestra única solución es "no hacer nada". Resultado: semana inoperante. Si por el contrario hacemos una lista de cosas pendientes de mayor o menor importancia, y las ordenamos de manera inteligente, mágicamente  las más bajas en la lista, tareas que podrían ser inasequibles por sí solas en una semana de vacaciones, se convierten en una manera nueva de "no hacer" esa otra cosa que evitamos, y acabamos haciéndolas sin esfuerzo, felices de poder decirnos a nosotros mismos que "cuando acabe de sacar la ropa de verano, me pongo!". Resultado: muchas tareas "menores" conseguidas, una semana productiva, y algo menos llena de culpa y pereza.

Procrastinación estructurada, (aquí el enlace a una traducción del artículo en castellano) era el secreto! La única razón por la que precisamente en exámenes me daba cuenta de la cantidad de horas que hay en un día, y que si en vacaciones puedes pasar varias mañanas lamentándote porque el lunes ya fuiste a nadar y encima el jueves toca poner la lavadora, en periodo de preparar oposiciones puedes ir al gimnasio, tender la ropa, hacer la compra, arreglar la cadena de la bici y a última hora, estudiar un rato. XD Resulta que esa estrategia con la que me había encontrado sin querer, empujado por mi particular horror vacui a no hacer nada y mi natural inclinación a posponer lo que tengo que hacer, ya tiene nombre hace 12 años! y además quizá ahora que lo tiene, la pueda hacer aún más efectiva con mi tiempo!

Es poca cosa y no le pega al cuarto muro, pero me he llevado una alegría; me gusta cuando algo conocido y no definido adopta por fin un nombre (como la cañona de una entrada anterior!). Tanto me he alegrado, que he hecho una de las cosas que están altas en mi propia lista, y he escrito una de las dos entradas semanales "obligatorias" del blog.

Como sé que no todos se alegraran tanto... Os pongo también una de esas fotos que dan salsa a mi verborrea y que son la verdadera razón de que nos encontremos por aquí!

Y tu, procrastinas? En tu casa o en la mía? XD