martes, 26 de febrero de 2013

Aberraciones Sexuales II/? Gaëtan Dugas y el descubrimiento del SIDA



Estoy gratamente sorprendido por la buena acogida que hace unos días tuvo en el blog la historia de Alan Turing. :) Si algo bueno tiene este invento de los blogs es que te permiten seguir tus gustos o incluso tu capricho acerca de lo que escribes, y bastante de eso ha tenido ya este muro, en forma de volantazos y cambios de tono.

Hasta que vuelvan las ganas de correrías y travesuras, y con ellas nuevas historias que contar (quedan aún muchas "antiguas" no contadas, pero no es éste el momento), nuestro post de esta semana seguirá explorando las "Aberraciones Sexuales" que se me vayan ocurriendo, repasando curiosidades y reflexiones que quiero compartir con vosotros, y de las que espero que todos aprendamos!

Gaëtan Dugas es al mismo tiempo víctima y verdugo en esta historia, que me ha vuelto a la memoria mientras escribía uno de los próximos posts titulado "Sexo Seguro", y su vida como reflejo de una época y en cierta forma como protagonista de ella, el hilo conductor de esta entrada, de camino hacia esas otras reflexiones sobre el sexo seguro y nuestra responsabilidad hacia nosotros mismos y hacia los demás.

Permitidme una vez más que os recomiende RadioLab, y la pieza que ha servido para inspirar la forma y el contenido de esta entrada:


Dugas es el "paciente cero" por excelencia de la era moderna y su historia me ha despertado reflexiones contradictorias y que incorporaré también a la sempiterma "Sexo Seguro".

Vamos a hacer un experimento llamado "la entrada inversa", a ver si cuela.. Os animo, simplemente, a que escuchéis la pieza que os propongo, y a que si os inspira algo, la comentemos. La entrada la escribiré después, y quizá así por una vez saquemos algo en claro? XD

En cualquier caso cabe disculparme por una ausencia de un mes entero, aunque quien me conozca de veras sabrá que está justificada, y por qué. El blog no desaparecerá, pero evidentemente es un hecho subordinado al conjunto de mi vida, y cuando la vida está desordenada, el blog no está, obviamente entre las prioridades.

Me ayudáis pues, con esta entrada inversa? con una pluma colectiva? :)

4 comentarios:

  1. Yo es que al ver que habías incurrido en la terminología de los cornudos y corneadores me he desenganchado de tu blog. Es una frontera de estupidez que no traspaso. De todos modos sigues en mi blogroll y en mis lecturas, pero colaborar..., ay, eso es otra cosa.

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  2. Perdón por la expresión tan cortante. Quizás no debería haber dicho estupidez sino mal gusto. Ya sé que la gente coge cualquier terminología con la inocencia del momento en que le llega y no tienen culpa alguna. Seguramente es de eso de lo que se trata: de que yo empecé a oír hablar de cornudos e infidelidades en un tipo de cine y sociedad casposa que acabé por rechazar frontalmente. Que ahora vuelva a escuchar esa terminología dentro del ambiente liberal me produce nauseas, pero por lo que veo, eso debe de ser un problema mío y no de los demás. Mis disculpas.

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  3. me alegra la rectificación puesto que además te has adelantado a mi respuesta.. efectivamente las palabras pueden tener para cada uno una carga emocional que otros no reconocen... desde luego estoy contigo en que si estamos hablando del mundo de Pajares y Esteso da grimilla.. pero si hay una subcultura de gente que ha adoptado esos términos para referirse a sus propias experiencias y juegos mucho más allá de aquella mentalidad. Han tomado las palabras que tenían a mano, como tantas veces ocurre en el idioma, y acabarán por hacerlas suyas...

    Como sabes, siempre he estado muy interesante en el lenguaje. Y estaría encantado de saber si conoces o se te ocure alguna fuente alternativa de términos para referirnos a esa realidad, que es innegable, y de la que disfrutan muchos amigos que puedo asegurar que no son ni retrógrados ni casposos.

    Disculpas gustosamente aceptadas.. de hecho, hasta me está apeteciendo escribir una entrada del estilo de la de "presentando mis respetos".. :) Un saludo!

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  4. También me alegra a mí no tener que alejarme tan pronto de tu blog y poder seguir leyéndote y esperando conocernos algún día. Pero cortesías aparte, tengo que decir que el problema de las palabras no es solo emocional. No son solo signos. Las palabras son la verdad. Tienen que ser la verdad. Y cuanto más confusas las hacemos, más perdidos estamos. Cornudo es un hombre al que su mujer le engaña, no un hombre que permite, consiente y hasta induce a su mujer a tener sexo con otros para felicidad de ella y su relación con ella. La diferencia es abismal. Del negro al blanco. Y las consecuencias no te cuento: porque cuando el cornudo se entera del engaño, ya te puedes imaginar para qué le apetece usar los cuernos. ¿O es que las noticias de la así llamada violencia de género son como los anuncios por palabras del periódico? Joder, si no ponemos orden en las palabras, no sé para qué coño escribimos.
    ¿Que cómo le podemos llamar a un tío que consiente, disfruta y hasta induce a su mujer a follar con otros para reforzar la autoestima sexual de ella, su felicidad y la de la propia pareja? Pues un marido ejemplar. Un gran tío. Un hombre como la copa de un pino. ¡¡¡Un SANTO VARON!!!
    Con mis respetos.
    j

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