domingo, 23 de junio de 2013

Serenidad....

Berlín arrasado, contemplado por Irene...


Hace un par de meses estaba delante de la Puerta de Brandenburgo, escuchando al guía hablar de la  diosa Irene. Con una corona de flores y el cuerno de la abundancia entre sus brazos, simboliza la riqueza y la prosperidad que acompañan a la paz y la concordia, puesto que éstas son el caldo de cultivo de aquellas.

(Uno de mis profesores de latín defendía que debería decirse así, aunque a menudo lo leo al contrario, como si aquellas fueran caldo de cultivo de éstas. Nunca he conseguido aclarar la duda... Algún otro enamorado de las palabras me puede echar un cable?).

En ese momento estaba feliz de estar allí y quizá no le di más vueltas, pero en las últimas semanas se ha hecho cada vez más aparente que Serenidad, con mayúsculas, con nombre propio, es lo que quiero, lo que necesito ahora, y lo que más valoro.

Tras una época increíblemente excitante y divertida de años de descubrimiento con Katze, han seguido unos meses de sentirme perdido en mi propia vorágine de impulsividad y precipitación, en los que he llegado a sentir que perdía el control, y pretendo que los próximos tengan otro tono. Busco serenidad, busco equilibrio, y llamaré a la puerta de Irene para que me ayude a alcanzarlos.

En las últimas tres semanas, aunque viene de lejos, me he tenido que enfrentar dolorosamente a esa realidad. He dado un firme paso atrás en mis correrías liberales, y tenido largas conversaciones con aquellos amigos con los que puedo hablar de todo esto. He comprobado que, como puede pasar con cualquier otra cosa, y más con las que son adictivamente divertidas, ha habido un exceso de "4thWall" en mi vida que ha fagocitado otros aspectos importantes, pero que, sobre todo, me ha descolocado y robado la perspectiva.

Siento que esta entrada me la debo, pero se la debo también a aquellos que leen este blog, y a aquellas amistades que observan con cierta sorpresa esta metamorfosis. Que se puede tomar ese paso atrás como la reacción airada y de menosprecio de quien cree que "lo ha superado" y parece mirar hacia atrás por encima del hombro... un poco al estilo de esas personas que abandonan cualquier otro grupo de gente tan íntimo y tan interconectado y usan el rechazo como herramienta para el olvido. (Me duele el ejemplo, pero pienso en un antiguo testigo de Jehová, o algo similar, que sale a patadas del culto y toma como nuevo propósito vital su destrucción). Y no es esa la idea.

No "reniego" de nada de lo que he hecho. Mis valores, mi punto de vista, mi opinión sobre la gente estupenda que he conocido desde la primera vez que Katze me planteó aquella experiencia tan curiosa que ella había tenido, se mantienen. El balance es enormemente positivo, los pocos buenos amigos que he hecho pienso atesorarlos, y esta entrada no es un adiós y ni siquiera un "hasta luego", es un... "Así, no."
O la Irene que nutre y tranquiliza..

No reniego desde luego tampoco de "4thWall", ni de mi parte más rebelde y morbosa, más dominante, más transgresora o más dispuesta a coger un avión en un impulso, para pasar siquiera un día (mucho mejor una noche) entre... esos brazos (mucho mejor si es también entre esas piernas!). Con 4thWall espero reencontrarme en todo su esplendor... cuando las circunstancias y la compañía sean las adecuadas.

Cuando me convertí en el denostado "chico sólo", o "single", o como se le quiera llamar, siempre pensé que parte de mi ventaja, o de mi éxito si me permitís que yo lo diga, se debe a que he estado al otro lado. Sé lo que es vivir estas travesuras en pareja, conozco el nudo en el estómago, los nervios, el deseo, las dudas, los momentos mejores y peores, y la sensación fantástica de recordar junto a tu pareja las aventuras vividas, y de despertarte a su lado al tras una noche intensa y ver que la mañana trae con esos recuerdos de nuevo la serenidad, la normalidad y la calma.


Desde entonces he vivido quizá las mayores locuras, en mayor número, con un desenfreno desconocido hasta para mí. Sin pretender que nadie aquí se ofenda, ahora miro hacia atrás y veo en cierta forma que me afectó como una droga. El subidón inicial, el descubrimiento, lo invade todo y llega a nublar el juicio. Los sentidos acaban embotados y semana a semana los estímulos tienen que mantenerse y aún crecer para satisfacer el nuevo nivel necesario.

En unos meses, he comprobado como finalmente dejé de tomar decisiones conscientes al llegar a considerar algunas casi como... inevitables. Como cada día costaba más decir "no" o tan siquiera "otro día". Como los contactos de mi teléfono se multiplicaban en la misma dirección, los fines de semana tenían casi siempre un mismo fin y las conversaciones de WhatsApp tomaban todas un mismo color. Abrir la lista y buscar alguna sin contenido picante entre las diez últimas, hubiera sido un reto. Llegué a estar en una especie de piloto automático sin destino a ninguna parte, y he hecho daño y me he hecho daño por el camino.

No reniego, pero ya sé que "Así, no". Que no hay nada remotamente comparable en las escapadas individuales a la excitación y la complicidad de las escapadas en pareja con alguien que realmente significa algo para tí. Que disfruto más imaginando y planeando una "inocente" trastada en la playa o mi amado huerto de Calixto y Melibea con una persona con la que comparto otras cosas importantes, que una orgía desenfrenada con quien quizá no me ha dicho aún su verdadero nombre de pila. Que hay una soledad cruel acechando en el espejismo de tanta gente y tanta fiesta y tanta relación solo basada en la piel que se contrapone a la cálida sensación de vivir más intensamente porque vives compartiendo.

No pretendo que sea la única respuesta válida. Ni pretendo que se aplique a todos los momentos y todas las necesidades. No intento aleccionar ni asustar a nadie. Me consta que hay otra gente con otros puntos de vista a la que le va estupendamente, y alguna a la que no tanto, y soy también dolorosamente consciente de que nadie aprende en piel ajena.

Ni siquiera pretendo que sea la única respuesta para mi, puesto que aunque me gusta pensar que sí, no estoy seguro de que esté en mi mano ya alcanzar y construir ahora mismo esa serenidad que anhelo.  Puede pasar mucho tiempo, puede hacer falta derribar mucho antes de volver a construir... Desde luego no dependerá sólo de mi, pero ahora sé que... por mi no va a quedar.

Quiero partir de la serenidad para impulsarme, dentro de este mundo y desde luego fuera, pero con el norte y las prioridades grabadas a fuego, y una nueva brújula que ahora sé es lo más valioso que he adquirido en estos meses locos.

Quiero darle serenidad a la persona que lo comparta conmigo, y la seguridad de saber que es el centro de mis experiencias, y no un mero accesorio o una marca más en el cinto.

Quiero volver a vivir plenamente mis fantasías (y es curioso pensar lo innumerables y curiosas que son mis fantasías cuando he puesto una pausa al vivirlas, como se han coloreado y multiplicado al dejar de temer el termómetro de la realización cercana!) sin que me hagan perder de vista mis realidades, y quiero vivirlas de frente a una persona que entienda de dónde vengo y a dónde me dirijo, no de espaldas ni mirando hacia otro lado...

Quiero saber que mi vida profesional, mis amistades, mis prioridades, van a enriquecerse gracias a los deseos satisfechos de mi lado salvaje, como lo hicieron durante mucho tiempo, y no a temer ante su voracidad. Que serán un impulso y una base para todos los esfuerzos que me esperan en un futuro próximo, y ya nunca un elemento desestabilizador.

Sé que no pido poco, pero tengo la desgracia de saber también que no pido algo imposible.

Ahora sé muy bien lo que quiero. Y sé que lo tuve... Y no sé cómo, ni dónde buscar realmente, pero sé que voy a recuperarlo, porque si algo permanece tanto en "mí" como en "4thWall" es que.. yo no me rindo.

El primer paso era ese, saberlo. Y en este momento ya... Solamente abrir los ojos, respirar hondo, y estar sereno, saber esperar la serenidad, llamar a la puerta de Irene...


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Aunque sea como nota al pie, por separarles de mi propio erial presente, quiero agradecer y saludar a una pareja que ha formado parte de mi catarsis.. Nos hemos conocido hace muy poco y sin embargo quisiera decir que somos amigos por la confianza que nos hemos dado. Con ellos he hablado de estas apuestas liberales, de los riesgos y los beneficios, de cómo a veces uno se ve enganchado en un impulso y abocado al doble o nada cuando lo mejor sería dejar la mesa a tiempo... Me han ayudado, y espero haberles ayudado a su vez, y decirles que precisamente es por conocer a gente así por lo que nunca podré arrepentirme de todo esto....

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