sábado, 9 de noviembre de 2013

4thWall periodismo de investigación!



El otro día llamaron mi atención sobre un "nuevo" timo disfrazado de sexo. Nuevo al menos para mi, ignoro si llevarán años haciéndose ricos con primos de mente calenturienta.

El esquema es sencillo pero está mínimamente trabajado, y lo que más me sorprende es lo desorbitado e imposible de toda la historia; puesto que está claro que su negocio está en las llamadas, tanto en su número como su duración, si personalmente el estafador fuese yo, haría todo un poco más mundano y menos fantasioso.

El asunto va así:

En páginas de contactos, porno, blogs, etc. etc. se anuncia una agencia de contactos para mujeres que busca candidatos no profesionales. El primer teléfono es un teléfono móvil normal y corriente (he detectado al menos 2 diferentes y seguro que hay muchos más).

Cuando llamas, una amable señorita te explica lo que se espera de ti y como se te compensará, y empiezan los mundos de Yupi. Un gran número de mujeres de alto poder adquisitivo, con necesidad de contactar con hombres discretos, están en tu ciudad deseando quedar contigo.

La supuesta señora corre con los gastos de taxi y hotel, paga la cena, y te da al final del "servicio".. nada menos que 1000 euros por tres horas. Efectivamente, gran poder adquisitivo y muy poco estudio de mercado tienen estas señoras!!

He llamado varias veces y es evidente que las chicas que atienden tienen un guión que les han hecho aprender y hay cosas que te las repiten siempre y con las mismas palabras, pero luego también es cierto que cada una le da su toque personal, según lo que la imaginación y el momento le pidan, digo yo... Una me contó que había muchas mujeres de futbolistas (como todos sabemos feúchas ellas muy necesitadas de que llegue pepito perez a darles un empujón por mil del ala), otra insistió mucho en que yo podría elegir la edad y características físicas de la señora, o que si le gustas te hará carísimos regalos además de tu sobrecito de rigor... Total llamar al primer móvil no cuesta nada y algunas tienen gracia y salero encima!

Y claro, dónde está la trampa? Tu no pagas nada, como te insisten mil y una veces. Es más, ni siquiera pagas las llamadas que hagas, que serán "codificadas" para que no salgan en tu factura por si te pilla tu mujer  (hay que ser cateto) y porque por alguna oscura razón, así no podrán ser trazadas hasta la modelo ninfómana de Victoria's Secret que paga el servicio.  Para codificarla, tienes que llamar a "centralita". Apunta, nene, apunta... 80 34 49.... Estooo... Perdón, cómo? Si sí, te digo: ochenta, treinta y cuatro... 

Esto.. 803 44..?

Pues eso. El teléfono es un 803 al que tienes que llamar para que te "abran ficha", te pregunten datos físicos, lo que te gusta, lo que te gusta en las mujeres, si crees que Ramos tenía que haber salido de central, o cuantos golpes se daría en la cabeza el señor Montoro de crío...

Obviamente no he llamado nunca al 803 pero lo que pasa después es fácil de adivinar: una conversación alargada al infinito con una de esas niñas de voz sensual, (no pasa nada, está "codificada" y la pagará la clienta.. Perdón.. que clienta si dices que es para abrirme la primera ficha? uy uy.. me estoy liando!).

A mi lo que me pasa es que no alcanzo a comprender quien puede caer en semejante película. Si no ya porque te das cuenta de que es un 803 y no te encaja eso de la codificación, al menos al pensar: cómo es posible que alguien vaya a pagar 1000 euros por quedar conmigo sin verme, sin saber cómo soy, sin pedirme un análisis de enfermedades de transmisión sexual, sin una entrevista, sin... Es decir, aceptemos que haya mujeres que paguen mucho dinero por sexo con hombres (pocas mujeres muy concretas, y hombres que no son el primero que llama, claro!) pero si yo tuviera una agencia con ese tipo de clientela, la llevaría de otra manera evidentemente.. Y si tuviera una estafa telefónica en la que hago parecer que las tengo, también!

Lo triste del asunto es que al igual que con las brujas, futuristas, astrólogos y demás juegos absurdos y engaños que pueblan los canales de TDT, no les hace falta más para hacerse de oro. El mundo está lleno de quienes a veces son simplemente inocentes y otras soberanos idiotas con unas ganas locas de que les aligeren la cartera, y si con este timo tan tonto no se han esforzado más, es simplemente porque no les ha hecho falta.

Vaya mi granito de arena y si lo tenéis a bien, contadle esto a algunas amistades, que es divertido. Si les quitamos una sola llamada, daré por bueno haber escrito esta entrada....

 

   

viernes, 1 de noviembre de 2013

Mar en calma no forja marineros...



Como ya sabéis los que leéis habitualmente mis entradas menos traviesas y más reflexivas, a menudo acabo sacando alguno de los refranes de mi abuela. Mi abuela era una de esas asturianas que a duras penas levantan metro y medio del suelo y al tiempo son capaces de poner firme a un legionario de 100 Kg. de un sopapo, y tenía muchas de esas sentencias que son perlas  que parecen absurdas cuando eres niño, verdades de Perogrullo cuando creces un poco, y van revelando la verdad de su naturaleza de vida cuidadosamente destilada hasta convertirse en (me parece muy bien hallada la palabra) sabiduría popular.

Como mar en calma no forja marineros, hay que hacerse a la idea de que el hecho de que a uno no siempre le salen las cosas como le gustaría es un hecho inherente a la vida que uno tiene que traducir en madurez y en endurecer la piel ante determinada gente y circunstancias, que no en hacerse un caparazón o decir aquello de "¡que paren el mundo, que me bajo!".

Más allá de un tono dulzón de autoayuda que detesto, hay rachas mejores y peores en la vida de cada cuál y como no hay más remedio que comérselas, justo es sacar conclusiones a toro pasado, cuando menos. 

Personalmente han sido unos meses de limpiar los trasteros de mi propia mente y mis decisiones pasadas, y ahora que voy viendo como muchas de las cosas que se han estado gestando van dando sus frutos puedo decir que he recuperado el orgullo sobre el camino recorrido, que poco a poco resucita en mi 4thWall 2.0, y que afortunadamente, por fin veo en el retrovisor la nube negra..

Empezaré de nuevo a escribir, intuyo, aunque serán entradas más cortas y en forma de píldoras, intuyo también, pero noto el cosquilleo de volver a tener cosas que decir, y espero que los que aún os dejáis caer por aquí por accidente, volváis a tener ganas de leerlas.

De nuevo y no se cuantas van.. queda inaugurado este pantano! :)

No dejéis de oir al maestro Sabina y su Nube negra.. por si ayuda en algo a que nos entendamos, y por que sí, que coño..




domingo, 18 de agosto de 2013

Dentro... (II)


Y sin tener nada que ver... expresa lo que siento...

(Vuelvo a las andadas, con una entrada antigua, que se ha hecho nueva, y el nuevo concepto 4thWall 2.0. Nos veremos por aquí pronto, espero.. si es que aún queda alguien al otro lado de ese muro!)

A nadie extrañará que en mi nuevo periodo de "Serenidad", como decía en la entrada anterior, se hayan reavivado las fantasías, disparado la imaginación, y en muchos casos... multiplicado los momentos masturbatorios... XD
Desde luego si algo me han dado estos años es alas a la hora de imaginar, un profundo conocimiento de mis propios gustos y fetiches, y muuuuchos recuerdos a los que recurrir..
Sin embargo.. El corazón se llega incluso a veces a imponer al puro sexo en esos momentos de intimidad en los que uno, como dice Woody Allen, se dispone a hacer el amor consigo mismo.. faltando quien uno quisiera, e incluso a veces sólo por quererse! ;)
Lo que hoy quiero compartir con vosotros es una bellísima canción sobre la masturbación de mi admirado Silvio Rodríguez, en este caso Mano a Mano con Luis Eduardo Aute.
Apuesto a que muchos no la conocíais, y de los que sí.. apuesto a que alguno no se había dado cuenta de lo que nos cuenta el texto.

Me produce excitación y paz a partes iguales, me inspira el deseo de una piel desnuda a mi lado en una larga y lenta tarde de domingo, me hace desear tras mi vorágine de cuerpos y viajes, congelarme en un lugar, en una persona, en una sola piel...

Al fin y al cabo.. estoy sereno, pero no muerto! Y deseo muy intensamente, aunque haya cambiado el rumbo y el tono de esos deseos...

Os recomiendo escucharla.. a solas. Y.. si alguien se anima, me contáis si os produce las mismas sensaciones que me produce a mi?



Dentro...
A veces recuerdo tu imagen
desnuda en la noche vacía,
tu cuerpo sin peso se abre
y abrazo mi propia mentira.
 
Así me reanuda la sangre
tensando la carne dormida,
mis dedos aprietan, amantes,
un hondo compás de caricias.

Dentro
me quemo por ti,
me vierto sin ti
y nace un muerto.

Mi mano ahuyentó soledades
tomando tu forma precisa,
la piel que te hice en el aire
recibe un temblor de semilla.

Un quieto cansancio me esparce,
tu imagen se borra enseguida,
me llena una ausencia de hambre
y un dulce calor de saliva.

Dentro
me quemo por ti,
me vierto sin ti
y nace un muerto.


domingo, 23 de junio de 2013

Serenidad....

Berlín arrasado, contemplado por Irene...


Hace un par de meses estaba delante de la Puerta de Brandenburgo, escuchando al guía hablar de la  diosa Irene. Con una corona de flores y el cuerno de la abundancia entre sus brazos, simboliza la riqueza y la prosperidad que acompañan a la paz y la concordia, puesto que éstas son el caldo de cultivo de aquellas.

(Uno de mis profesores de latín defendía que debería decirse así, aunque a menudo lo leo al contrario, como si aquellas fueran caldo de cultivo de éstas. Nunca he conseguido aclarar la duda... Algún otro enamorado de las palabras me puede echar un cable?).

En ese momento estaba feliz de estar allí y quizá no le di más vueltas, pero en las últimas semanas se ha hecho cada vez más aparente que Serenidad, con mayúsculas, con nombre propio, es lo que quiero, lo que necesito ahora, y lo que más valoro.

Tras una época increíblemente excitante y divertida de años de descubrimiento con Katze, han seguido unos meses de sentirme perdido en mi propia vorágine de impulsividad y precipitación, en los que he llegado a sentir que perdía el control, y pretendo que los próximos tengan otro tono. Busco serenidad, busco equilibrio, y llamaré a la puerta de Irene para que me ayude a alcanzarlos.

En las últimas tres semanas, aunque viene de lejos, me he tenido que enfrentar dolorosamente a esa realidad. He dado un firme paso atrás en mis correrías liberales, y tenido largas conversaciones con aquellos amigos con los que puedo hablar de todo esto. He comprobado que, como puede pasar con cualquier otra cosa, y más con las que son adictivamente divertidas, ha habido un exceso de "4thWall" en mi vida que ha fagocitado otros aspectos importantes, pero que, sobre todo, me ha descolocado y robado la perspectiva.

Siento que esta entrada me la debo, pero se la debo también a aquellos que leen este blog, y a aquellas amistades que observan con cierta sorpresa esta metamorfosis. Que se puede tomar ese paso atrás como la reacción airada y de menosprecio de quien cree que "lo ha superado" y parece mirar hacia atrás por encima del hombro... un poco al estilo de esas personas que abandonan cualquier otro grupo de gente tan íntimo y tan interconectado y usan el rechazo como herramienta para el olvido. (Me duele el ejemplo, pero pienso en un antiguo testigo de Jehová, o algo similar, que sale a patadas del culto y toma como nuevo propósito vital su destrucción). Y no es esa la idea.

No "reniego" de nada de lo que he hecho. Mis valores, mi punto de vista, mi opinión sobre la gente estupenda que he conocido desde la primera vez que Katze me planteó aquella experiencia tan curiosa que ella había tenido, se mantienen. El balance es enormemente positivo, los pocos buenos amigos que he hecho pienso atesorarlos, y esta entrada no es un adiós y ni siquiera un "hasta luego", es un... "Así, no."
O la Irene que nutre y tranquiliza..

No reniego desde luego tampoco de "4thWall", ni de mi parte más rebelde y morbosa, más dominante, más transgresora o más dispuesta a coger un avión en un impulso, para pasar siquiera un día (mucho mejor una noche) entre... esos brazos (mucho mejor si es también entre esas piernas!). Con 4thWall espero reencontrarme en todo su esplendor... cuando las circunstancias y la compañía sean las adecuadas.

Cuando me convertí en el denostado "chico sólo", o "single", o como se le quiera llamar, siempre pensé que parte de mi ventaja, o de mi éxito si me permitís que yo lo diga, se debe a que he estado al otro lado. Sé lo que es vivir estas travesuras en pareja, conozco el nudo en el estómago, los nervios, el deseo, las dudas, los momentos mejores y peores, y la sensación fantástica de recordar junto a tu pareja las aventuras vividas, y de despertarte a su lado al tras una noche intensa y ver que la mañana trae con esos recuerdos de nuevo la serenidad, la normalidad y la calma.


Desde entonces he vivido quizá las mayores locuras, en mayor número, con un desenfreno desconocido hasta para mí. Sin pretender que nadie aquí se ofenda, ahora miro hacia atrás y veo en cierta forma que me afectó como una droga. El subidón inicial, el descubrimiento, lo invade todo y llega a nublar el juicio. Los sentidos acaban embotados y semana a semana los estímulos tienen que mantenerse y aún crecer para satisfacer el nuevo nivel necesario.

En unos meses, he comprobado como finalmente dejé de tomar decisiones conscientes al llegar a considerar algunas casi como... inevitables. Como cada día costaba más decir "no" o tan siquiera "otro día". Como los contactos de mi teléfono se multiplicaban en la misma dirección, los fines de semana tenían casi siempre un mismo fin y las conversaciones de WhatsApp tomaban todas un mismo color. Abrir la lista y buscar alguna sin contenido picante entre las diez últimas, hubiera sido un reto. Llegué a estar en una especie de piloto automático sin destino a ninguna parte, y he hecho daño y me he hecho daño por el camino.

No reniego, pero ya sé que "Así, no". Que no hay nada remotamente comparable en las escapadas individuales a la excitación y la complicidad de las escapadas en pareja con alguien que realmente significa algo para tí. Que disfruto más imaginando y planeando una "inocente" trastada en la playa o mi amado huerto de Calixto y Melibea con una persona con la que comparto otras cosas importantes, que una orgía desenfrenada con quien quizá no me ha dicho aún su verdadero nombre de pila. Que hay una soledad cruel acechando en el espejismo de tanta gente y tanta fiesta y tanta relación solo basada en la piel que se contrapone a la cálida sensación de vivir más intensamente porque vives compartiendo.

No pretendo que sea la única respuesta válida. Ni pretendo que se aplique a todos los momentos y todas las necesidades. No intento aleccionar ni asustar a nadie. Me consta que hay otra gente con otros puntos de vista a la que le va estupendamente, y alguna a la que no tanto, y soy también dolorosamente consciente de que nadie aprende en piel ajena.

Ni siquiera pretendo que sea la única respuesta para mi, puesto que aunque me gusta pensar que sí, no estoy seguro de que esté en mi mano ya alcanzar y construir ahora mismo esa serenidad que anhelo.  Puede pasar mucho tiempo, puede hacer falta derribar mucho antes de volver a construir... Desde luego no dependerá sólo de mi, pero ahora sé que... por mi no va a quedar.

Quiero partir de la serenidad para impulsarme, dentro de este mundo y desde luego fuera, pero con el norte y las prioridades grabadas a fuego, y una nueva brújula que ahora sé es lo más valioso que he adquirido en estos meses locos.

Quiero darle serenidad a la persona que lo comparta conmigo, y la seguridad de saber que es el centro de mis experiencias, y no un mero accesorio o una marca más en el cinto.

Quiero volver a vivir plenamente mis fantasías (y es curioso pensar lo innumerables y curiosas que son mis fantasías cuando he puesto una pausa al vivirlas, como se han coloreado y multiplicado al dejar de temer el termómetro de la realización cercana!) sin que me hagan perder de vista mis realidades, y quiero vivirlas de frente a una persona que entienda de dónde vengo y a dónde me dirijo, no de espaldas ni mirando hacia otro lado...

Quiero saber que mi vida profesional, mis amistades, mis prioridades, van a enriquecerse gracias a los deseos satisfechos de mi lado salvaje, como lo hicieron durante mucho tiempo, y no a temer ante su voracidad. Que serán un impulso y una base para todos los esfuerzos que me esperan en un futuro próximo, y ya nunca un elemento desestabilizador.

Sé que no pido poco, pero tengo la desgracia de saber también que no pido algo imposible.

Ahora sé muy bien lo que quiero. Y sé que lo tuve... Y no sé cómo, ni dónde buscar realmente, pero sé que voy a recuperarlo, porque si algo permanece tanto en "mí" como en "4thWall" es que.. yo no me rindo.

El primer paso era ese, saberlo. Y en este momento ya... Solamente abrir los ojos, respirar hondo, y estar sereno, saber esperar la serenidad, llamar a la puerta de Irene...


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Aunque sea como nota al pie, por separarles de mi propio erial presente, quiero agradecer y saludar a una pareja que ha formado parte de mi catarsis.. Nos hemos conocido hace muy poco y sin embargo quisiera decir que somos amigos por la confianza que nos hemos dado. Con ellos he hablado de estas apuestas liberales, de los riesgos y los beneficios, de cómo a veces uno se ve enganchado en un impulso y abocado al doble o nada cuando lo mejor sería dejar la mesa a tiempo... Me han ayudado, y espero haberles ayudado a su vez, y decirles que precisamente es por conocer a gente así por lo que nunca podré arrepentirme de todo esto....

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viernes, 31 de mayo de 2013

Gemma se presenta...

Gemma se presenta con esta foto.. y yo os puedo asegurar que además con lo que no se ve.. mejora.. ;)




Me llamo Gemma, tengo 32 años y vivo en Valencia. Y por motivos que no vienen al caso conocí a 4thWall, una persona que me sorprendió por su interés continuo en todo aquello que se le ponga por delante. En una de esas noches de insomnio y de conversaciones hasta las tantas, decidimos que hiciese una colaboración en su blog.

En realidad no sé de qué puedo escribir, dudo que lo que cuente pueda aportar mucho más de lo que ya hace 4th o que mi opinión pueda ser relevante para alguien. Así que voy a limitarme a hablar de mí, que es lo que mejor conozco. Entre otras cosas porque si me dedico a escribir sobre los temas a los que me dedico en mi profesión aburro hasta a las piedras y sobre sexo será mejor que lo hagan los más experimentados.

Mucha gente me considera una chica liberal. Y sí pero no. Es cierto que tengo una actitud desinhibida en el sexo, que he llevado a cabo a prácticas poco habituales para la mayor parte de gente y que a veces hasta frecuento locales liberales. Pero no me considero liberal como tal, porque no concibo esto como una forma de vida, porque creo que mi vida tiene muchas cosas para creer que el sexo ocupe una parte tan importante de ella. Ésta es una faceta más de mí, igual que la Gemma trabajadora, estudiante, familiar, amiga y otras tantas cosas.

Además, soy una liberal rara por el hecho de ser chica sola, de esas que es tan difícil encontrar y que algunos comparan con unicornios blancos. Lo cierto es que me gusta jugar sola, sin que nadie decida por mí ni tener que compartir la experiencia con un tercero a quien sólo le interesa el placer propio y muy poco el del acompañante. Y es por la condición de chica sola por la que recibo una cantidad de propuestas apabullante, tanto que si no te centras te pasarías el día respondiendo mensajes. Eso sí, el número de propuestas no es proporcional al atractivo físico sino a la condición de ser mujer y estar disponible, es importante que se tenga en cuenta o puedes acabar con un ego disparado. Os doy permiso para pegarme un cachete si lo detectáis en algún momento.

Cuando la gente me pregunta cuándo y cómo empecé aquí, nunca sé qué responder. Una cosa llevo a la otra, un amigo que conoces que te presenta a otro, y después a una pareja…y cuando te quieres dar cuenta te consideran parte de un colectivo de cuya existencia no tenías noticias hasta el momento. Pero lo cierto es que aquí estoy y no sé hasta cuándo, supongo que un día me cansaré y me dedicaré a cosas que la gente considera más normales.

Lo cierto es que he llegado aquí por curiosidad, porque no hay cosa que no me interese ni despierte mi interés. Y siendo sincera, también por libido. Lo que despierta mi libido son básicamente dos cosas: las situaciones y las personas, cada vez menos la primera y más la segunda. Me explico. Cuando era (más) joven me gustaban las situaciones comprometidas. Mi afición favorita consistía en dirigirme a algún chico que me atrajese en el sitio más inesperado para pedirle el teléfono y citarlo en algún sitio público con intenciones poco serias. 

Y he de decir que los probadores dan mucho juego, incluso podría hacer un ranking de los mejores probadores de cadenas comerciales habituales. En realidad todo aquello era más cuestión de juego y de morbo que de sexo en sí mismo, lo que realmente me gustaba era la sensación de control de la situación. Cuánto más miedo percibía en la otra persona, más me excitaba y mayor era mi atrevimiento. ¿Una Ama en potencia?. Todo aquello acabó cuando una amistad, de las poquísimas confidentes, me planteó la posibilidad de que mi curiosa afición fuese enfermiza. Sin conocer a nadie que compartiera aficiones similares a la mía, me sentí incomprendida y me llegué a plantear incluso si lo mío era un caso de ninfomanía. Evidentemente no era el caso.

Y ahora, sin abandonar del todo mi pasión por las situaciones morbosas, prefiero centrarme más en las personas. Cuando digo personas no concreto género porque, a pesar de que me considero hetero, me puedo sentir atraída por un hombre o una mujer, aunque esta última no me atraiga nada desde el punto de vista puramente sexual. ¿Y en qué me llama la atención de las personas? Me atrae la personalidad, la inteligencia, la conversación, el sentido del humor, la capacidad de juego, el apasionamiento por las cosas en general…tantas y tantas cosas…y por supuesto el físico y la edad. No busco un físico o una edad concretos, simplemente que no desentonen. Me echan atrás los tipos ciclados en plan Badoo y también los niños que se meten en esto porque creen que es forma más sencilla de echar un polvo. No tengo un prototipo ni un ideal de hombre, siempre que tenga un físico normal, una altura mínima y una buena higiene bucal puede gustarme.

En mi búsqueda de nuevas experiencias he llegado a este mundo, considerándome alguien de paso, que muchas veces no comulga con el ideario que se supone debe seguir. He tenido la suerte de conocer grandes personas, con las que he compartido cenas, fiestas y demás, con las que me he reído hasta decir basta y con las que espero conservar la amistad aunque algún día decida seguir otro rumbo. Y supongo que aún me quedan otras por conocer, como es el caso de 4th a quien, a pesar de nuestras conversaciones, no he tenido el placer de conocer pero con quien intuyo que me voy a llevar muy bien.

Será un placer…

Gemma...

domingo, 28 de abril de 2013

Nuevos comienzos...

Pq al fin y al cabo todas las páginas son parte del libro...


Ésta será una entrada breve y en una clave algo más personal de lo que acostumbro... Aún así, siento que ya hace falta: algunos de los habituales me conocéis lo suficiente para que esto sean "viejas noticias", algunos nada en absoluto para que os interese, pero hay un área gris de quienes llegasteis aquí siguiendo a Katze o a través de nuestras aventuras liberales, o de recién llegados que a veces me preguntan con cierta confusión si este es el blog de un chico, de una pareja, si es fantasía o realidad...

Sin entrar en detalles privados: Katze y yo hemos tomado caminos separados. Tenemos nuestras razones, que no voy por supuesto a discutir aquí, pero me enorgullece decir que puesto que tiene que acabarse, creo que se ha acabado de la forma más civilizada posible, que pervivirá la amistad cuando pase un tiempo y los sentimientos no estén tan a flor de piel y que permanecen el respeto y el cariño.

No hemos permitido que el recuerdo de los años que estuvimos juntos  se vea perjudicado por ese yo mezquino que todos tenemos dentro y que nos dice en los momentos en que nos sentimos vulnerables que ataquemos primero para hacer más daño, en un intento completamente inútil de aminorar nuestro propio dolor.

Así que sólo tengo palabras bonitas y de agradecimiento para Katze, aunque esta sea la entrada en que os cuento que ya no somos "cadaunadas", que por supuesto le deseo lo mejor y que paso página pero no borraría nada de lo vivido...

Me enfrento a un nuevo comienzo, con las dosis habituales de miedo e ilusión, y si queréis seguir por aquí, continuaré contandoos mis vivencias y reflexiones mientras lo afronto.. por el momento solo, y quien sabe, si soy afortunado, quizá algún día, de nuevo acompañado...

Solo me queda deciros, a vosotros que como siempre agradeceré saber que hay alguien al otro lado, compartiendo aquí sus pensamientos, y a Katze, de corazón, gracias por todo lo que me ha regalado vivir y lo que me ha dado de sí en estos años, gracias, y hasta siempre.

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lunes, 22 de abril de 2013

Cuestiones de Género...

Y ahora qué hacemos? XD

En la última semana he tenido dos pequeñas "ediciones" de un debate con múltiples ramificaciones que surge periódicamente cada vez que un grupo de amiguetes se sientan a tomar un café y arreglar el mundo.

Cómo ya sabéis los que leéis el muro, me preocupan las palabras y disfruto reflexionando sobre ellas. En otras entradas como las dos anteriores a esta o "Presentando mis respetos" me he metido ya en estos jardines. Intuyo sin embargo que éste puede despertar alguna ampolla más, pues todo el mundo tiene una opinión, por lo general algo visceral, sobre el asunto.

Por un lado surgió la duda comentando el caso de hace un par de años de un paciente transexual, cuyo nombre en la lista era pongamos por ejemplo "Francisco", que pidió en consulta ser llamado "Jenniffer" (se escribe con dos "enes" y dos "efes", nos insistió) y recibir el informe con ese nombre con el que a sí misma se identifica. (El por qué de escoger ese nombre para sí y la alta frecuencia observada de nombres de ese tipo entre quienes hacen esta transición, se nos escapa a mi y a la intención de ésta entrada).

Como habrán observado muchos, en la propia frase he cambiado de "un paciente" a "a sí misma", y la misma actitud defiendo yo que se merecía Jenniffer en consulta. En ocasiones mantener el género al referirse a ella podía ser confuso, dados sus rasgos faciales, y cierta disonancia con el aspecto de sus genitales, o caracteres sexuales secundarios (su buen par de prótesis de mama, como os podéis imaginar), pero por muy interiorizado que pueda estar en nuestro inconsciente, creo que es un esfuerzo que exige el respeto.

Para quien pueda interesar la solución final que di al dilema, hela aquí, puesto que me pareció una forma ingeniosa de contentar a todo el mundo y quizá a alguien le sirva! La paciente no quería ser llamada en su informe "Francisco", y yo por propiedad en el informe y por evitar confusiones futuras, no consideraba que pudiera llamarla en él "Jenniffer" por mi cuenta y riesgo. Tras pensarlo un poco, le propuse poner en el mismo F. J. y sus dos apellidos, dejando el resto a la imaginación e insertando ahí sólo un "segundo nombre" que normalmente tiene pocas consecuencias en español. Se mostró satisfecha, y yo también.

Comentando éste caso, como decíamos más arriba, surgieron entre mis compañeros varias opiniones enfrentadas sobre sexo, género, y la forma correcta de referirnos a "F.J.".

Por un lado estaría llamémosle el "fundamentalista genético" cuyo argumento sería aproximadamente: ha nacido XY, luego es un varón y se le debe tratar de "él".

Por otro el que a mi me gustaría llamar "fundamentalista genital", cuya única preocupación a la hora de escoger usar "él" o "ella" sería saber si la cirugía de cambio de sexo estaba ya o no completa. Sería "él" antes de empezar, "ella" tras la cirugía genital, y un estado intermedio en el caso de "F.J.", tras la operación de pecho y previamente a la terapia hormonal y a completar la cirugía.

El problema con el fundamentalista genético es que en cuanto uno indaga brevemente se encuentra con muchos casos de difícil solución, por ejemplo con llamativas consecuencias para el deporte o incluso la escolarización. Existen distintos síndromes (no nos pongamos técnicos) de personas XXY, XYY, XXX, o XY con un déficit en los receptores de testosterona, así como distintos trastornos hormonales, cuyo fenotipo puede dar lugar a dudas sobre si podemos adscribir a tal o cual individuo a la etiqueta de "hombre" o "mujer".

El del fundamentalismo genital se encuentra con niños nacidos con genitales ambiguos, o incompletos, o con vestigios de ambos órganos masculinos y femeninos, o con genitales aparentemente femeninos y la presencia de testículos intrapélvicos, o de otros trastornos hormonales... Tampoco parece un criterio definitivo.

Todo lo anterior puede convertirse en consideraciones académicas, aunque en ocasiones pueden tener consecuencias muy reales. Lo que a mi me interesa destacar aquí es que más allá de divagaciones médicas, en el ser humano el problema del género es ante todo una cuestión de identidad. 

El caso de los transexuales no es más que el extremo de un espectro en el que la identidad personal y la identidad social y biológicamente asignada, no coinciden. Es difícil imaginar la dureza de enfrentarse al hecho de que "Yo" no me siento como los demás me ven, y de que ellos se puedan negar a tratarme en muchos casos de acuerdo a cómo me defino y percibo a mi mismo.

La solución, una vez más, creo que está en el respeto a la libertad individual. En la aceptación de que no podemos siempre comprender la experiencia del mundo que tienen otras personas, otras culturas, otros tiempos... Pero si ejercer nuestra enorme capacidad para la empatía, que la tenemos si la dejamos aflorar, y comprender que nadie salvo F.J. tiene derecho a decidir si el lenguaje debe tratarla como "él" o "ella".

Yo desde luego me sentí avergonzado cada vez que se me escapó el masculino, y aliviado con su tolerancia a mis deslices, pues creo que era evidente mi esfuerzo por asentarme en el femenino como era su deseo. Y rompo aquí esta pequeña lanza en favor de que, en lo posible, tratemos de definir y acotar las clasificaciones de las rocas, las bacterias o los tipos de enana roja, pero nunca tratemos de imponer nuestras estrechas definiciones a la realidad innegable de la diversidad de las personas.




P.D.- No se me escapa que dije "dos cuestiones". La segunda es sobre el uso de moda en los últimos años de formas como "españoles y españolas", "compañeros y compañeras", o ya rizando el rizo "militantes y militantes" (sic), así como de la proliferación de palabras como "testiga", "notaria", y similares. Creo que se adivina cuál será mi postura, aunque quizá no... Una cosa es la libertad, y otra el lenguaje, y ahí si es necesario conocer y respetar las reglas! Invito a quien esté interesad@ a que abra fuego, pues se antoja candente, si la gente se anima a subirse al carro.. XD



viernes, 29 de marzo de 2013

Respeto /// Buena Educación...

Es muy bíblico pero ya que son estas fechas.. Respeta y serás respetado! ;)


Me pregunta j en un comentario que si puedo aclarar qué es el tan traído y llevado “respeto” que pedimos a todas horas y en todo foro los que vivimos estas cosas, y si no se estará confundiendo con la simple buena educación, siempre debida.

Recojo una vez más el guante, puesto que es lo que siempre quise, que el Muro sea un diálogo, y en este caso el que tengo con j me parece estimulante y siempre da lugar a nuevas reflexiones.

Es cierto que el “respeto” se pide mucho, máxime cuando se siente que no se tiene por defecto. En el caso de los “swinger”, temo q aún estamos en ello. Quizá equivocadamente, quizá no, yo veo paralelismos entre el despertar de la sociedad a que existimos con el que empezó hace 20 años con gays y lesbianas. 

Últimamente las referencias al intercambio de parejas y la vida liberal se multiplican en el cine, la prensa o la televisión, y como siempre ocurre, el hábito va curando la extrañeza. Los gays emprendieron ese camino hace 20 años, y hoy se ve con normalidad decir incluso frases hace poco imposibles de conjugar como: “el diputado gay del PP Pepito Pérez se ha casado hoy con su compañero en Barcelona”. No creo que estemos en el punto en que Hola! pueda publicar que Sergio Ramos y señora han ido a Barcelona a pasar un fin de semana de sexo y desenfreno con Ferrer y su novia, dada su manifiesta amistad e inclinaciones liberales… Pero aunque sea un deseo extraño, ojalá algún día lleguemos a él y las señoras bostecen al ver que esa tan sosa es la portada de la semana.

Cuál es el problema? Bueno, creo que principalmente el problema, incluso más allá del “qué dirán” es que aunque la buena educación provea la apariencia de una cordialidad que puede llegar a ser muy hipócrita, hasta que no se produce una normalización y aceptación de las conductas e inclinaciones de quien se sale de la norma, se tiene a considerarlo una debilidad del carácter, en el mejor de los casos. 

No hace tanto que hablábamos de Turing, y de cómo en ese momento histórico un analfabeto heterosexual pudo sentirse en un orden superior de la existencia que una de las mentes más brillantes de este siglo, y tristemente es sólo un ejemplo de muchos. Se ha tenido “marica” al cabo de la lengua para cobarde, blando, pusilánime o de voluntad débil… Hoy parece que está en el lenguaje para quedarse, pero creo que casi todos entendemos que se puede decir “eso es una mariconada” porque a uno le puede la vena coloquial, y tener muy interiorizado que ser gay es un atributo neutro como el que es bajito o de Pamplona… Y nosotros aún no tenemos  nuestro propio insulto, así que parece que hay camino por recorrer!

Creo que todo esto va bastante más allá de la buena educación: un ingenio mínimamente agudo puede insultar y desmerecer desde una educación exquisita, y aquí hablamos ya no sólo de palabras. Al pedir respeto lo que yo exijo es ese reconocimiento del otro que se hace imprescindible para la convivencia. Ese enunciado que dice: sé que piensas y vives diferente a mí, y te reconozco no ya sólo el derecho a hacerlo, si no también mi total incompetencia (en el sentido legal) para juzgarlo. Me inhibo de emitir juicio, puesto que no tengo derecho a ello”.

Decir “respeto” aquí al fin y al cabo, es decir primero “a ti que te importa”, luego “somos distintos pero podemos convivir” y al fin “entiendo tus razones, aunque no sean las mías”.

En cuanto al tema que nos ocupa en las entradas anteriores, yo expreso mi respeto dejando que sea el otro el que elija su propio nombre, simplemente. No impondría nunca un término a quien no me invite a usarlo, y no ridiculizaría nunca a quien lo reclame para sí. Para mí los juegos de cornudos y zorras no son tan distintos de los de profesora y estudiante, enfermera y paciente, ginecólogos, monjas, ángeles, demonios, criadas o vaqueros… Y así como entiendo que no por eso voy a empezar a repartir fonendos, cátedras y tridentes, de la misma manera no mezclo el disfraz y el personaje cuando me invitan a representar esta otra partida.

Creo que hacer eso es buena educación, y que entender que cada cual juega a lo que quiere y lo llama como le place, es respeto.


sábado, 9 de marzo de 2013

De palabras... (O de cornudos y zorras...)

Ciertamente la cosa viene de lejos.. XD


Esta entrada es parte de una reflexión mayor pero nace a raíz de un par de comentarios en el blog firmados por el aún escueto "j".

Los comentarios están en la entrada anterior, y quién tenga curiosidad por buscarlos verá que se trató de un intercambio corto, algo intenso pero con un resultado creo que inmejorable. Mi sensación es que j y yo estamos de acuerdo en todo, o casi todo, y probablemente lo que me hacía falta era una nueva entrada que profundizara en por qué digo lo que digo y cómo elijo decirlo, y que tengo ganas de escribir desde aquella de "Presentando mis respetos".

A mi siempre me han gustado y preocupado las palabras, antes y fuera de éste blog. No creo que sea el momento de ponerme a divagar sobre la importancia capital que tienen sobre la naturaleza del propio mensaje. No podemos comunicar casi nada sin ellas, y nuestras elecciones al emplearnas no sólo reflejan lo que queremos decir, si no que lo informan y lo modifican íntimamente hasta que lo que decimos acaba influyendo en lo que pensamos tanto o más que en el sentido contrario.

En algo tan sensible, tan poderoso y que tan fácilmente apela a la emoción con el sexo y los términos sexuales, el tono del lenguaje es capital. Muy conocido es el artículo que lleva años circulando en Internet sobre los usos de cojones y coño en el lenguaje coloquial, sobre como algo es un coñazo, cojonudo, se tiene que hacer por huevos, tiene cojones o nos importa una polla, etc, etc... 

Y a nadie se le escapa que los términos sexuales, te guste o no, los uses o no, se usan a diario al tiempo como apelativos cariñosos y como insultos. Puede gustar más o menos, eso será opinable, pero yo por aquí oigo bastante a las amigas llamarse "chocho" y "chochete" (creo que se nota que no es que me emocione), "pisha" que ya casi ha conseguido alejarse de su origen, y desde luego el curioso fenómeno de que el ubicuo "cabrón", puede decirse con cariño de un amigo, o buscando gresca con un desconocido. Esto desde luego no es privativo del sexo, y uno puede irse a intenciones opuestas si dice que Pepe es "listo" o "un listo", sin ir más lejos. Los ejemplos son infinitos, y desde luego no seré yo quien se meta en ese jardín, para eso quién a quien tenga interés le sugiero comenzar (seguramente lo conocéis ya todos) por el impagable "El Dardo en la Palabra".

Llegando a los comentarios que han precipitado por fin que escriba esta entrada, este es el último de "j", que reproduzco aquí para entrar en situación y porque estoy de acuerdo con él en casi todo! Siempre quise que el muro fuese un diálogo, y recojo encantado el guante. 

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[--] cortesías aparte, tengo que decir que el problema de las palabras no es solo emocional. No son solo signos. Las palabras son la verdad. Tienen que ser la verdad. Y cuanto más confusas las hacemos, más perdidos estamos. Cornudo es un hombre al que su mujer le engaña, no un hombre que permite, consiente y hasta induce a su mujer a tener sexo con otros para felicidad de ella y su relación con ella. La diferencia es abismal. Del negro al blanco. Y las consecuencias no te cuento: porque cuando el cornudo se entera del engaño, ya te puedes imaginar para qué le apetece usar los cuernos. ¿O es que las noticias de la así llamada violencia de género son como los anuncios por palabras del periódico? Joder, si no ponemos orden en las palabras, no sé para qué coño escribimos.
¿Que cómo le podemos llamar a un tío que consiente, disfruta y hasta induce a su mujer a follar con otros para reforzar la autoestima sexual de ella, su felicidad y la de la propia pareja? Pues un marido ejemplar. Un gran tío. Un hombre como la copa de un pino. ¡¡¡Un SANTO VARON!!!
Con mis respetos.
j
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Vamos a aclarar primero algo básico: los "cornudos" y sus "zorras" me merecen el máximo respeto. Como decía ya en la otra entrada, cuando estamos hablando de sexo por diversión para mi se trata de conocer el juego y de jugarlo bien. Pero no confundo a la persona con el "personaje"ni las reglas del juego con las realidades de su vida. La gente que he conocido que vive de esta forma su vida son, en su inmensa mayoría, personas inteligentes, inquietas, con mucho que contar también fuera de estas situaciones y a la que se coge cariño con mucha facilidad.

Además, coincido plenamente con "j" en su análisis del santo varón. Pensando ahora en unos buenos amigos de Granada y otros de Madrid, que ejemplifican bien lo que digo (vosotros sabéis quiénes sois!), no es fácil encontrar una pareja tan compenetrada. El "cornudo" lejos de ser un pobre hombre dejado de lado e ignorado disfruta activamente con las experiencias que viven como pareja, las busca, las fomenta, las prepara y saborea el recuerdo con un placer que hablando con él hace sentir envidia. Y la "zorra" lejos de la falsedad y la mentira clandestina, disfruta abiertamente de su condición con su marido, le hace partícipe, le sonríe encantada durante la experiencia, e intuyo que no se plantearía jamás coger ese camino sin saber que el cornudo comparte su placer y da su beneplácito, esté o no esté físicamente en el momento concreto. (Digo intuyo porque ni se me ha ocurrido ni se me ocurrirá plantearle semejante cosa, no porque dude de ella, desde luego). Habrá mucha gente que no entienda lo que digo porque lo ve desde fuera y no le cabe en la cabeza (de eso también hay una entrada!), pero se trata de parejas de las mejor avenidas que conozco y ciertamente si se mienten no se mienten más que la mayoría, y probablemente mucho menos que todas esas personas que se llevan las manos a la cabeza y luego flirtean y fantasean, cuando no más, sintiéndose culpables y a escondidas.

Dicho esto, el núcleo del pequeño desacuerdo que tenemos j y yo es el de la relación entre la verdad y las palabras. Más bien, entre las personas, su verdad, y las palabras.

Resulta evidente que para mi es muy contradictorio ese "cornudo" denigrado que le produjo rechazo a j y ese "nuevo cornudo" que conoce y disfruta de su condición y se da alegremente ese nombre a sí mismo. Mi uso aquí de la palabra es evidentemente el segundo, y lo apoyo no en mi opinión, si no en la de él.

Siguiendo con el ejemplo de uno de mis amigos, sin ir más lejos, el llega a usar un simpatiquísimo Rudolf con una buena cornamenta como imagen al usar Messenger o Skype, se refiere a sí mismo en esos términos, y a menudo habla de las ganas que tiene de unos buenos cuernos. Es evidente que los disfruta, y que el nombre no es que no le moleste, si no que lo lleva con orgullo. Ante eso, yo simplemente considero que no soy quién para elegir qué otro término debería emplearse. 

No hace mucho tuve una experiencia parecida en el Salón Erótico de Barcelona, donde un colectivo de prostitutas defendía en una charla su derecho a llamarse "putas", diciendo que ellas personalmente preferían ser llamadas "putas", "que es lo que somos", y no tratadas con paños calientes y llamadas "meretrices" o "mujeres de la calle". Por lo que se deducía de lo que exponían (sus palabras, no las mías) se sentían peor consideradas si la gente iba de puntillas alrededor de su condición como si fuese algo vergonzante. Yo ciertamente entiendo esta postura.. 

Siento que a veces, que a algo lo llamen "por su nombre", en especial cuando es un atributo personal susceptible de ser tomado como negativo, es mucho más liberador y anula su poder de hacer daño . Usando la palabra "vulgar" y apoderándose de ella uno evita dejarse empequeñecer por el paternalismo protector de quién le habla y toma el control de un atributo que por otra parte es seguramente cierto, aunque el juicio que merece sea diferente para unos y otros.

La analogía no es exacta con el cornudo, en realidad, pero creo que yo también prefería en su momento que me llamen "enano", "negro" o "maricón" si lo soy, y no me "dulcifiquen" algo que no me produce ninguna vergüenza. El fenómeno desde luego está muy extendido, y aunque quizá desde "fuera" no nos atrevamos o incluso no debamos atrevernos, en mi propia ciudad los gays se llaman uno a otro "maricón" o incluso "maricona" a gritos por la calle, los negros hasta en las películas se llaman negrata el uno al otro, y los enanos.. pues intuyo que lo mismo! (La cita friki del día serían estas citas de Tyrion Lannister pidiendo que le llamen enano).

Por acabar, o al menos de momento, mi idea sobre todo esto se basa en lo mismo que se basa mi juicio sobre casi todo: la primacía de la libertad individual. Puesto que estamos obligados a elegir determinadas palabras para referirnos a determinadas realidades, mi postura es que quien las elija sea quien las vive y se define por ellas. Cuando se da por ejemplo un caso de cambio de sexo, siempre surgen dudas: nació Ivan, XY, y ahora es Ivana, con una cintura delicada y dos poderosas razones.. es él, o es ella? Pues ni idea: es lo que él / ella decida ser, y así me referiré yo siempre, no me corresponde a mi decidirlo ni juzgarlo. 

Cuando me refiera a "tí", en abstracto, te llamaré negro, de color, puta, escort, enano, gordo, rellenito, paralítico, discapacitado, o tantos otros términos, según TÚ elijas, sin arrogarme en ningún caso el derecho a decidir si te resulta ofensivo un término vulgar, un eufemismo victoriano, o realmente no podría importarte menos.

De la misma manera, continuaré llamando a mi amigo cornudo, desde el cariño y el respeto que me merece, y a su mujer zorra, desde el placer que me proporcionan su forma de ser y su compañía, y jugando con ellos a lo que a los tres nos apetezca, que al menos a mi no me está mirando ningún señor con barba desde una nube para echarme nada en cara... y así seguiré hasta el día en que ellos me digan  otra cosa.

Y sólo espero de tí, lector, la misma deferencia.


[Editado] Por poner una última nota y en deferencia a "j", se me ocurre para aquellas parejas que no gusten de estos términos pero no conozcan otros, que podríamos usar por ejemplo los del hombre "consentidor" y la mujer "libertina", probablemente menos cargados de connotaciones previas. y puesto que yo ya he dicho que llamaré a cada cuál como él prefiera ser llamado, los usaría encantado. Qué os parece? Creéis que tendrían buena acogida? [Editado]