lunes, 31 de mayo de 2021

Efecto Coolidge


El Efecto Coolidge toma su nombre de una supuesta anécdota atribuida al trigésimo presidente de los EEUU, Calvin Coolidge, y su esposa, en una visita a una granja.

 La broma es más o menos así:

Al Presidente y la Sra. Coolidge les estaban mostrando por separado una granja experimental gubernamental. Cuando la Sra. Coolidge accedió al área de las gallinas, advirtió que uno de los gallos se apareaba continuamente. Le preguntó al encargado por la frecuencia real de estos apareamientos, y éste le respondió: «Docenas de veces al día». La Sra. Coolidge dijo: «Por favor, mencióneselo al presidente cuando pase por aquí». 

Tras habérselo contado, Coolidge preguntó: «¿Con la misma gallina cada vez?». La respuesta fue: «Oh, no, señor Presidente; con una gallina distinta cada vez». Coolidge concluyó: «Por favor, mencióneselo a la Sra. Coolidge»

Aparece mencionado con ese nombre desde 1958, y aunque en forma de anécdota pueda producir enojo, sonrojo o cachondeo, según, corresponde a una realidad experimental en modelos animales.

Es fácil encontrar artículos tanto de biólogos, como de encocrinólogos, genetistas o sexólogos dando puntos de vista distintos sobre esta realidad empírica. En su formulación experimental clásica (os invito a mirar directamente el artículo de Wikipedia, que os hará gracia) se refiere a ratas, pero se ha podido documentar incluso en escarabajos, peces... Se podría decir que es un comportamiento casi universal entre los seres de reproducción sexual, por la clara ventaja evolutiva que implica la estrategia.

Ahora bien, si nadie duda que somos animales, tampoco nadie duda que nuestro córtex frontal y nuestra cultura muy a menudo nos llevan a comportamientos que no están del todo alineados con los de nuestra inclinación inicial, y por buenas razones.

 Así pues, no vengo aquí a soltar el efecto Coolidge como justificación "natural" de mis devaneos, porque no creo en absoluto que "natural" sea equivalente de bueno. 

Seguir mi inclinación "natural" podría llevarme a devolver una falta sin mala intención en un partido de futbol con un puñetazo (no lo hago porque conozco las reglas del juego del fútbol y las reglas del juego social, y decido respetarlas), a coger algo que no es mío si me apetece (no lo hago porque entiendo los beneficios del respeto a la propiedad privada) o a la glotonería y la pereza (no lo hago porque conozco sus consecuencias acumulativas sobre mi futuro).

Eppur si muove... En mi caso sí reconozco que el Efecto Coolidge entra en mi modo de deseo, en mi comportamiento sexual y en mis preferencias por una u otra situación o mi propio... desempeño sexual en determinadas fiestas o compañías en que el deseo parece inagotable, en contraste con otras en que parece que nos elude. 

En el escenario experimental original, una rata macho se aparea hasta el agotamiento con varias hembras, hasta que llega un punto en el que esas hembras no consiguen que lo haga de nuevo ni aunque le estimulen de diversas formas. Sólo la entrada de una hembra nueva en la ecuación hace que encuentre las energías para una última bala... (¡No vale enfadarse conmigo o con "los hombres" por una observación experimental en ratas!)

¿En que consistiría este Efecto Coolidge ya algo más "pensado" que el de las ratas no obstante? En que sí, es cierto, en esto de las travesuras con poca ropa, que una mujer (soy heterosexual, así que una mujer es en mi caso) sea una nueva amistad, le da un plus de interés. Puede ser efímero, puede morir por poca cosa, pero está ahí en cualquier caso, y su peso se deja notar tanto en las conversaciones de whatsapp como en las miradas en un local o los km que uno está dispuesto a recorrer para una cena. 

Puedes ser consciente de ello y mitigarlo o sacarlo de la ecuación, puedes valorar otros mil factores diferentes que apaguen su influencia, pero Coolidge está siempre ahí acechando, nos guste o no.

Uno de mis podcasts favoritos es "Cautionary Tales", de Tim Harford. 

https://timharford.com/articles/cautionarytales/

En un episodio concreto y reciente, Tim comienza a contar la historia de Claude Shannon (no encaja bien aquí, pero escuchadlo... es un genio fascinante) con la moraleja de los peligros de no mantener un propósito bien enfocado en nuestros esfuerzos... para acabarlo con una reflexión que no es nueva pero que resume muy bien sobre los recuerdos, la experiencia comprimida y el paso del tiempo. Shannon es el padre de la teoría de la información moderna, y el que estableció el marco matemático y conceptual sobre cómo la información se describe, almacena, transmite y comunica. Si sabes lo que es un bit, agradéceselo a Shannon.

https://timharford.com/2021/05/cautionary-tales-fritterin-away-genius/

"One of the intriguing ideas in Shannons mathematical theory of communication is that the message can be compressed to the exact measure that it is predictable [] The same is true of the way we remember our lives. A life that's too predictable creates few memories; life in lockdown was thin and forgettable. If you want a full life, keep searching new experiences"

¿Qué tiene esto que ver con nosotros?

Bueno, la compresión de un mensaje puede ser mayor o menor cuanto más previsible sea el mensaje en si mismo. Si el mensaje permanece casi inalterado durante mucho tiempo, sólo necesitamos describir sus pequeños cambios. Si da grandes saltos, necesitamos mucho más esfuerzo para reflejar esa novedad.

Esto lo hemos experimentado todos en nuestra vida cotidiana. ¿No? Sí. Por ejemplo, cuando en una película una escena es muy estable, la definición es fantástica. En cuanto empieza la batalla y hay cientos de actores repartiendo estopa por la pantalla, es fácil ver pequeños cuadrados que hacen la imagen algo borrosa y que representan la imposibilidad de representarla con la misma fidelidad por el algoritmo de compresión. O se aumentan mucho los datos, o se pierde detalle, no hay otra opción.

Pero no sólo nos pasa al ver Netflix. 

Viajar es esto. Probar otra cocina es esto. Escuchar un género musical con el que no estás familiarizado o leer una novela sorprendente, es esto. Tres días en Roma parecen el equivalente a tres semanas en casa en nuestra memoria porque los estímulos tan diferentes llenan cada día haciendo que sea difícil aglutinarlos en un sólo recuerdo continuo; se sazonan de momentos, de imágenes, de eventos, y resultan mucho más ricos por ello, con lo que el tiempo parece haberse alterado.

Sospecho que mi inclinación a dejarme llevar en ocasiones por el Efecto Coolidge también es esto; son las ganas de viajar y sentirse un poco nómada, la tentación de ver una cueva y entrar a ver hasta dónde llega, la emoción de no poder parar de leer hasta decubrir cual de los desenlaces imaginados ha elegido el autor del libro... y en este caso la de los cuerpos no explorados, las fantasías no desveladas, esos movimientos "Out of Book" que hacen la vida un poquito más picante. Son las variaciones Goldberg de las que hablaba ya en otra antigua entrada.

Nos dice Tim:

"One of the intriguing ideas in Shannon's mathematical theory of communication is that the message can be compressed to the exact measure that it is predictable [] The same is true of the way we remember our lives. A life that's too predictable creates few memories; life in lockdown was thin and forgettable. If you want a full life, keep searching for new experiences"

Y a mi, buscando otras experiencias, me vienen a la mente otros dos libros que recomendar, y se me hace curioso pero extrañamente apropiado que en una entrada sobre ratas que no paran de buscar echar un polvete nos aparezcan Shannon, Hofstaedter y los algoritmos de la vida... porque se trata de la diversidad de los intereses y de desafiar la compresión de nuestra experiencia, ¿no es eso?

Esto no significa que nuestro único propósito sea la novedad. Somos mucho más complejos. Muchos esquiadores dicen que el mejor momento del día es quitarse las botas. Muchos viajeros hablan de las delicias de volver a casa. Muchas parejas swinger te dirán que lo mejor después de un finde de locura es despertarte el lunes en tu cama, en tu casa, con tu pareja y tus rutinas y poder vivir tu vida cotidiana con una sonrisa y ninguna herida.

En "Algorithms to Live By" se describe también este esquema matemático. El equilibrio entre exploración y confort va cambiando a lo largo de la vida, y por supuesto de una persona a otra. A veces quieres ir a tu restaurante favorito y pedir "lo de siempre", a veces quieres probar el nuevo que ha abierto en la playa, aunque el estilo no es el que más te va y ves probable que cuando llegues a casa te hagas un sandwich para compensar el platito de cocido deconstruido por el que has pagado 60 euros.. No hay una sola respuesta, nadie "tiene razón" y ni siquiera uno hace siempre las cosas de la misma manera. 

https://algorithmstoliveby.com/

Nadie dice que vale todo. Hay que tener en cuenta a tu pareja, a la persona que acaba de despertar tu interés, tus acuerdos previos, los posibles inconvenientes y sensaciones propias y ajenas que derivan de dejarnos llevar (y es que es distinto "dejarse llevar" como decisión consciente de seguir un impulso que "ser arrastrado", como imposibilidad de resistirse a él).


Jamás diré que este fuego nunca quema o que escuchar determinados instintos no entraña ciertos peligros. Recorrer los caminos a los que lleva cruzar el cuarto muro es una aventura entre otras cosas precisamente porque también arriesgamos algo de nosotros en el proceso. Instintivamente pensamos que lo conocido es seguro (incluso "lo malo conocido") y que nada nos ocurrirá si no nos salimos del camino. Olvidamos entonces que inevitablemente nos salimos, y que a veces el dolor más intenso es el del arrepentimiento de las vidas que no viví y las veces que no arriesgué, más que el de lo que perdí cuando fui fiel a mí mismo.

Resulta al fin que "Coolidge para humanos" deja de ser sólo una derivada de las estrategias de los machos para pasar sus genes a la prole para ser una faceta más de cómo elegimos vivir y experimentar el equilibrio entre nuestros deseo de estabilidad, confort y seguridad, y nuestro deseo de aventura, incertidumbre y de una vida que desafíe a la compresión y a la posibilidad de ser descrita en pocas líneas....

Por esto, al hablar del efecto Coolidge aquí, no animo a nadie o justifico nada. Tan sólo quiero reflexionar sobre mis por qués y que el lector, si en algo nos parecemos, se sepa acompañado. No debes tener "más nuevas experiencias" por conocer esto, ni debes dejar de reconocer la belleza del rostro familiar, del sabor favorito, de tener "tu mesa" en el bar de abajo... 

Yo diría vive, mezcla, explora en la medida que quieras, pero al menos si tienes las pulsiones que yo.. acompañame en lo que un griego supo ya escribir en piedra en Delfos: Nosce te ipsum (en latín, claro), conócete a tí mismo, quizá es el único camino.


---------------------------------------- 

(Lo que sigue es una reflexión para quien quiera explorar mis locuras, y algo que no debe leer quien no quiera que le duela la cabeza intentando imaginar de qué está hecha la realidad en un post del blog en que menos se lo podría esperar. Leáse bajo su propia responsabilidad.)

https://es.wikipedia.org/wiki/G%C3%B6del,_Escher,_Bach:_un_Eterno_y_Gr%C3%A1cil_Bucle

En Godel, Escher, Bach, uno de los libros que nunca acabo pero nunca poso, se describe de forma hermosa la perplejidad del Zen relacionada con la "renormalización de las partículas subatómicas". No nos asustemos, tiremos sólo de imaginación:

Las partículas subatómicas, digamos, el fotón, existen a la vez en muchos estados diferentes. Esto es inexplicable para nuestro sentido común, pero es innegable para nuestros experimentos. Es más, en cualquier momento, se transforman en cualquier otra cosa; sabemos que un fotón puede transformarse en un electrón y un positrón, que inmediatamente se aniquilan y vuelves a tener un fotón. Parece que nada ha ocurrido, pero no: en los cálculos que hagamos sobre el comportamiento del fotón, tendremos que tener en cuenta el tiempo que previsiblemente ha pasado en forma de "positrón-electrón" para conseguir mayor exactitud. 

Pero resulta que ese electrón ha podido al mismo tiempo transformarse. Y también sus partículas "hijas", hasta el infinito. Nosotros elegimos el nivel de detalle con que queremos mirar y conocer la realidad, y en qué punto deja de tener importancia ir un nivel más allá, pero los niveles existen hasta el infinito y están a nuestro alcance.

Vivir es esto, pensar es esto, y todos los niveles son reales. Elige tu camino y nunca olvides que ninguno, nunca, puede ser "el camino".

Y ahora disfruta de algunos diagramas de Feynmann, que los hay hasta con forma de pingüino. Si eres como yo... compra el libro, y comentamos. Que no sólo de muro vive el hombre.. ;)







 

 

1 comentario:

  1. Hola!
    Hacía tiempo que no me pasaba por tu rincón! Imperdonable!
    Sólo decirte que me encanta, encanta y me encanta leerte! Cómo aprendo contigo!
    Es un rincón de una calidad altísima y lo repito … ¡Me encanta!

    Vaya post! Lo he leído varias veces. ¡Genial!

    Espero que estés bien y que todo te vaya fenomenal!

    Un saludo!

    ResponderEliminar

Estamos deseando saber lo que tienes que decir... ¡Deja tu graffiti en nuestro muro!